Fui a ver Mazel Tov, la nueva película producida por Adrián Suar, sin muchas expectativas… y la verdad, me sorprendió. No porque sea una obra maestra, pero sí porque rompe un poco con el molde de las películas nacionales más comerciales que suelen parecer todas iguales. La historia gira en torno a cuatro hermanos que, tras la muerte de su padre, se ven obligados a reencontrarse. Lo interesante es cómo ese encuentro saca a la luz heridas familiares del pasado, discusiones no resueltas, viejos rencores… y eso le da cierta profundidad al relato.
No voy a decir que me encantó, pero sí que está bastante bien dentro de lo que uno espera de una peli de Suar (que, sinceramente, muchas veces deja bastante que desear). Lo que más destaco es la actuación de Fernán Mirás, que para mí fue lo mejor de la película. No es una película que recomendaría con los ojos cerrados, pero sí creo que vale verla

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